Aunque me tapo los oídos con la almohada y gruño de rabia cuando suena el despertador... Gracias a Dios que puedo oír. Hay muchos sordos.
Aunque cierro los ojos cuando, al despertar, el sol se mete en mi habitación... Gracias a Dios que puedo ver. Hay muchos ciegos.
Aunque me pesa levantarme y pararme de la cama... Gracias a Dios que tengo fuerzas para hacerlo. Hay muchos postrados que no pueden.
Aunque regaño cuando no encuentro mis cosas en su lugar porque los niños hicieron un desorden... Gracias a Dios que tengo familia. Hay muchos solitarios.
Aunque la comida no estuvo buena y el desayuno fue peor... gracias a Dios que tengo alimentos. Hay muchos con hambre.
Aunque mi trabajo es monótono y rutinario... Gracias a Dios que tengo ocupación. Hay muchos desempleados.
Aunque no estoy conforme con la vida, peleo conmigo mismo y tengo muchos motivos para quejarme... Gracias a Dios por la vida.
Si hacemos llegar este mensaje a la gente que conocemos, contribuiremos a hacer de este mundo un mejor lugar para vivir.
Agradecemos esta aportación a Ricardo Renán Raigoza
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